Venezuela ha sobresalido desde décadas pasadas por aspectos que van más allá de sus yacimientos petrolíferos, sus bellas mujeres y su situación política. Nuestro país destacó desde los años 50 con una industria de la confección y de la moda que en su momento, no solo abastecía al mercado nacional sino al latinoamericano y además, nos vistió a la última tendencia.
Nuestra industria textil logró licencias de marcas de prestigio internacional y en Venezuela se confeccionaron: Christian Dior, Gloria Vanderbilt, Óscar de la Renta, Fiorucci, Sergio Valente, Jordache, Levi's, Hang Ten, Arena, Thriumph, Van Raalte; dejando claro la excelente calidad de la industria nacional.
Es increíble la poca memoria del venezolano y peor aún, las opiniones emitidas por muchos, descalificando al producto moda nacional. La industria textil en nuestro país tiene una historia en MARCAS MODA. Yo conocí una VENEZUELA PRODUCTIVA con una industria de confección con calidad de exportación. Las textileras producían gran cantidad de géneros con una calidad inigualable. El producto de estas fábricas no solo surtía al país, también, abastecía al mercado centro y sur americano; era un verdadero orgullo encontrar en el exterior insumos y manufactura textil con la etiqueta HECHO EN VENEZUELA.
Como muchos inicié mis estudios de DISEÑO DE MODA motivado por el ideal estético de la ALTA COSTURA. Luego de tres años y medio de formación académica, egresé junto a 29 colegas. Para la época sólo existían dos instituciones especializadas y sarcásticamente digo, que de sus promociones egresaban un promedio de 60 titulados al año, si multiplicamos esto por el tiempo transcurrido, el resultado nos da una cifra que determina, que en Venezuela hay más diseñadores que producto de confección textil. Y es que para nadie es fácil producir moda en el país, son pocos los que se han mantenido en este rubro, pero la lucha aún no se ha perdido. Las preferencias del consumidor venezolano son los productos o marcas extranjeras, tendencia generada por las deficientes políticas de apoyo a la industria nacional, que se reflejan en los altos costos de los insumos importados y tristemente admito, por la deficiente calidad de lo que a partir de los ‘90 se ha venido produciendo en el país.
Mi aspiración como todo recién graduado en moda por supuesto, era diseñar vestidos de ALTA COSTURA, como si esto fuese algo que cualquier mortal pudiera hacer. Inspirado por los dioses de la moda como Yves Saint Laurent, Coco Chanel y Christian Dior, soñaba con tener mi atelier y una firma con mi nombre. La realidad es que todo comienzo cuesta, y hacerse de un local, equipo, personal y más difícil aun, de una clientela, no es un cuento de Disney. A la par de mi ideal de trabajar en la confección personalizada, laboré durante 9 años en la industria de la confección de trajes de baño, ropa deportiva e infantil, sin abandonar mi sueño de hacerme un nombre en Venezuela y el mundo como DISEÑADOR DE ALTA COSTURA.
Existe un errado concepto del significado “ALTA COSTURA”, especialmente por aquellos diseñadores que utilizan este término de forma indiscriminada. EN VENEZUELA NO PRODUCIMOS ALTA COSTURA. Este término lo relacionamos sólo con la creación de prendas a la medida, fabricadas con telas de altísima calidad, cosidas con esmerada atención a cada detalle y a sus terminaciones, con el tradicional y artesanal método de confección a mano, pero ALTA COSTURA es más que eso. HAUTE COUTURE es un término que nace a mediados del siglo XIX en París, considerada hasta ahora la capital mundial de la moda. El padre de la ALTA COSTURA es el Inglés Charles Frederick Worth, el primer diseñador de moda del que se tenga conocimiento en la historia. Worth fue el primer couturier en atribuirse esta categoría. En un anterior post ya les he contado de la historia de este pionero de la ALTA COSTURA y de su magnífico legado.
ALTA COSTURA se trata de un término legal que no cualquier diseñador puede usar. Sin embargo, el término se usa sin distinción por firmas y diseñadores que por confeccionar ropa a la medida, creen tener el derecho de aplicar esta denominación a su trabajo. Para lograr esta licencia y poder aplicarla en su publicidad o promoción, primero hay que lograr unos requisitos impuestos por esta CÁMARA SINDICAL y deben ser aprobados por un selecto grupo de sus miembros honorarios.
El término HAUTE COUTURE está protegido por la ley francesa y definido por la Cámara de Comercio de la Industria de Paris. Esta institución estableció que solo las casas y firmas autorizadas por ellos y mencionadas en una lista anual, tienen el derecho de usar esta denominación de origen, es ilegal el uso indebido del término. Lo aceptado para el caso de las creaciones hechas a medida, sería el término “COUTURE”, como hacen otros diseñadores que no son miembros de la cámara sindical, para referirse a sus exclusivas colecciones. Ni en Venezuela, ni en otro país de Latinoamérica, se hace ALTA COSTURA.
Los requisitos para poder aplicar a esta denominación, están protegidos por las leyes de comercio francesas. Estos términos fueron establecidos en 1945, flexibilizándose en 1992 y son los siguientes:
- Las firmas deben presentar dos colecciones al año en París, que cuenten con un mínimo de 35 salidas (looks) en categorías casual formal y gala.
- Establecer, al menos, un atelier en París en el que se empleen como mínimo 20 artesanos formados en la Ecole de la Chambre Syndicale de la Couture Parisienne trabajando a jornada completa, dedicando entre 100 y 1000 horas a la elaboración de cada prenda.
- Garantizar la exclusividad de los tejidos utilizados, en fibras naturales y de las textileras más prestigiosas del mundo, aunque actualmente se aceptan las micro fibras conocidas como fibras inteligentes.
- Elaborar prendas a medida para cada clienta, partiendo de un toile, al que se le realizan al menos tres pruebas antes de su entrega. Si rompe esta regla automáticamente queda fuera de la selección.
De esta manera, cada diseño suele tener tres ejemplares: uno para el desfile, otro para la clienta, y otro que formará parte de los archivos de la firma.
La
Cámara Sindical de Alta Costura para la década de los ‘40 contaba con 106 miembros y para los años 90 solo quedaban 20. Actualmente cuenta con 26 miembros, destacando
Chanel, Christian Dior como los más antiguos y algunas nuevas figuras como los ingleses
Ralph&Russo y Schiaparelli en su nueva etapa. En 2001, su legislación fue nuevamente flexibilizada y el número de diseños presentados para cada temporada se redujo a 25, en vez de 35. Pero, sobre todo, el apadrinamiento y la elección por parte de una comisión de sus miembros, se han convertido en factores preponderantes con respecto a los criterios cuantitativos y a la participación de nuevos invitados.
La historia de la alta costura está llena de desapariciones de firmas legendarias. Muchas se dieron a partir de la década de los ‘60, tras la aparición del
Prêt-à-porter. Algunas firmas optaron por cerrar su línea de alta costura, para dedicarse a los perfumes, al
Prêt-à-porter de luxe o a los accesorios, logrando incluso mayor éxito en estas líneas de producción:
Balenciaga, Lanvin, Laroche, Grès, Patou, Nina Ricci, Féraud y otras ampliaron sus líneas dirigidas al mercado de consumo masivo.
A principios de 2005, desaparecieron otras dos marcas prestigiosas de la lista oficial de casas de alta costura:
Balmain, creada en 1945 y
Torrente que existía desde 1969. Para el 2007 solo quedaban diez casas de alta costura:
Chanel fundada en 1919,
Dior de 1946,
Givenchy de 1952,
Jean-Louis Scherrer de 1962,
Emanuel Ungaro de 1965,
Christian Lacroix de 1987, J
ean-Paul Gaultier fundada en 1977 y clasificada alta costura en 2001,
Dominique Sirop alta costura desde 2003,
Adeline André desde 1981 y
Franck Sorbier creada en 1991 y miembro desde 2005. A ello se agregan los miembros corresponsales: los italianos
Valentino y
Giorgio Armani, el libanés
Elie Saab y el belga
Martin Margiela.
ALTA COSTURA, se ha definido en más de una ocasión como el “laboratorio de la moda” pues exhibe mayor creatividad y excentricidad en sus colecciones. A pesar de que estos vestidos no son los más comerciales, son los más atractivos para los medios, ya que su excentricidad es acompañada de la majestuosidad en sus presentaciones. La realidad comercial, hoy por hoy, es que las marcas reciben mayor beneficio de lucro con sus líneas cosméticas, con los perfumes, de las licencias y en última instancia de su
Prêt-à-porter. Durante la “edad de oro de la moda”, después de la Segunda Guerra Mundial, más de 15.000 mujeres vestían con prendas de alta costura. En la actualidad, hay tan sólo alrededor de 2.000 clientas para esta categoría. Actualmente el precio de una pieza de Alta Costura puede costar de 15.000 a 100.000 €.
La Cámara Sindical de Alta Costura quedó adscrita en 1973 a la Federación Francesa de la Costura. Esta institución está presidida desde el 2014 por Ralph Toledano, ex director general de Chloe, anteriormente Didier Grumbach era el presidente honorario con una dirección que duró 16 años. La Federación Francesa de la Costura quedó organizada internamente en:
- Cámara Sindical de la Alta Costura
- Cámara Sindical de la moda masculina
- Cámara Sindical del Prêt-à-porter, los Couturier y creadores de moda.
La Escuela de la Cámara Sindical de Costura de París es parte adjunta de la Federación actuando en el campo del entrenamiento y de la formación. El aprendizaje dispensado dentro del contexto de esta escuela, siempre ha respondido a un doble objetivo:
- Desarrollando la creatividad necesaria para quienes desean tener éxito profesional, en un sector donde los productos se renuevan a un ritmo rápido.
- Capacitando en el dominio de las técnicas de fabricación para lograr traducir sus creaciones en productos.
Yves Saint Laurent, Valentino, Jean-Louis Scherrer, Issey Miyake, André Courrèges, Adeline André, Dominique Sirop, Gilles Rosier, Jean Colonna, Tom Van Lingen, Stéphane Rolland, Véronique Nichanian, Anne Valérie Hash, Alexis Mabille, fueron formados en esta escuela.
La Federación Francesa de la Costura, del Prêt-à-Porter de Modistos y Creadores de Moda tiene entre otras funciones, la de contar entre sus miembros además de las francesas, sociedades extranjeras como las japonesas, italianas y belgas, entre otras. Esto refleja la internacionalización creciente de la Moda. Desde 1945, en enero de cada año, la comisión clasificadora se reúne en el Ministerio de la Industria para seleccionar a las Casas que tienen derecho a la apelación HAUTE COUTURE. Esta apelación jurídicamente protegida, se otorgaba desde los años 40 de acuerdo a ciertos criterios. Esos criterios nunca se habían puesto en tela de juicio. Sin embargo, una Casa como la de Azzedine Alaïa, en enero 2011 consiguió el nombramiento de forma inmediata, sin ninguna oposición.
Para invitar a participar a una nueva marca, ésta debe estar apadrinada por un miembro diseñador consagrado y junto al resto de los miembros de la cámara sindical, deciden su participación como invitado a consagrar. Por supuesto la calidad y el talento son criterios que se toman en cuenta al momento de votar. Es necesario, para ser invitado y luego recibir la apelación, que el diseñador viva y trabaje en Paris. Actualmente existen tres clasificaciones para las membresías que emite la Chambre Syndicale de la Couture Parisienne. Estas son:
- MEMBRE HAUTE COUTURE: en esta categoría están ubicadas las marcas de alta costura cien por ciento francesas y con un largo historial en sus colecciones. A este rango pertenecen -o pertenecieron- casi todos los nombres más sonados: Chanel, Dior, Gaultier Paris, Givenchy, Lacroix…
- MEMBRE CORRESPONDANT: esta categoría se creó en 1992 agrupando a todas las casas extranjeras que hicieran ALTA COSTURA. La única condición extra es que todas sus operaciones se realicen en Francia. Versace perteneció a esta jerarquía, así como Armani Privé, Valentino y Elie Saab.
- MEMBRE INVITÉ: estas marcas o diseñadores son honrados por la Chambre al ser invitados por una o dos temporadas. Muchas permanecen en este rango esperando a que la Cámara los instale en alguna de las dos anteriores, como recientemente ocurrió con Alexandre Vauthier.
Desde 1993, la Cámara Sindical de la Alta Costura incluye en su calendario, desfiles de colecciones con miembros invitados. Desde el 2007, esta participación ha ido ampliándose con la voluntad de no oponerse al Prêt-à-porter, impulsando y ponderando la creatividad de otras marcas.
Es en esta categoría donde podemos ubicar a nuestro talentoso diseñador OSCAR CARVALLO quien vive en París desde el año 2003.
Oscar presentó en la semana de la moda parisina su primera colección de Prêt-à-porter en el 2003. Su debut con una colección de ALTA COSTURA ocurrió en enero de 2013, bajo el título "La femme poisson", sus diseños se inspiraron en entidades del mar. En enero de 2014 presento en París su colección primavera/verano, bajo la forma de un "Viaje visual y sensorial" inspirado en la obra de nuestro artista plástico cinético, Carlos Cruz-Diez, luego de una primera colaboración entre el diseñador y el artista para un evento en el Museo de Artes Decorativas de París, presentado siete años antes. En 2014 también presentó su colección Couture, Otoño/Invierno que llevó por nombre “Save our souls” (Salven nuestras almas). Contando con la colaboración y participación de Pancho Quilici.
Es él, hasta la fecha, el único talento nacional, diseñador de moda venezolano honrado a participar en la semana de la moda parisina. Participación otorgada por la Cámara Sindical de Alta Costura en la categoría de miembro invitado, sin embargo, para la fecha actual Oscar Carvallo no puede usar ninguna certificación emitida legalmente que lo pondere con la denominación de ALTA COSTURA, pues antes de ser reconocido como miembro oficial debe presentar un mínimo de ocho colecciones para demostrar que financieramente puede permitirse ese honor.
Confeccionar ALTA COSTURA EN VENEZUELA ES SÓLO UN MITO, pues ALTA COSTURA SOLO SE PRODUCE EN PARÍS y debe estar debidamente certificada por la CÁMARA SINDICAL DE ALTA COSTURA.
No por confeccionar vestidos a la medida, confeccionar con un método de tradición artesanal, o por trabajar con telas de primera, podemos ponderarnos como diseñadores de alta costura. En el País existen grandes representantes de la moda nacional, con una calidad de confección que nada tiene que envidiar a la ALTA COSTURA parisina, sin embargo esta denominación, no debe ser aplicada al trabajo de ninguno de nuestros diseñadores.
El empleo de este término se ha prestado a grandes abusos, ya que muchas marcas y diseñadores lo han utilizado para vender productos de Prêt-à-porter que no cumplen con los requisitos de confección de ALTA COSTURA. El término también es aplicado para diseños exclusivos que si bien, son elaborados a medida y siguiendo las pautas de confección tradicional, no se encuentran sindicados. Este hecho es pasado por alto en Venezuela, debido a la excelente calidad del producto de nuestros diseñadores, sin embargo, esta denominación se aplica inadecuadamente y la mayoría de las veces, es promocionada por los medios en pro de exacerbar el trabajo del talento nacional.
En la década de los ‘80 Venezuela experimentó un boom de la moda. El arribo a nuestra tierra del modisto francés GUY MELIET, formado en lo más encumbrado de la ALTA COSTURA parisina, impulsó al emprendimiento de grandes talentos nacionales. Este maestro vistió a innumerables damas de sociedad venezolana y a las candidatas que nos representaron en certámenes internacionales, ponderando a la mujer venezolana entre las más bellas y elegantes del mundo.
De esta camada de diseñadores surgida en los años 80 podemos nombrar al destacado y ahora internacional. ÁNGEL SÁNCHEZ, quien desde sus inicios experimento con sus diseños, emulando las creaciones de ALTA COSTURA parisina. Este diseñador ha logrado obtener un lugar en la moda internacional más sin embargo, no es miembro de la cámara sindical.
CAROLINA HERRERA, inició su trayectoria en la década de los ‘70, es una representante del talento nacional, distinguida por la calidad, sobriedad y elegancia de sus diseños y ponderada entre las mejores marcas moda del mundo y aun así, no tiene la denominación de ALTA COSTURA.
GIOVANNI SCUTARO, GIONNI STRACCIA, NIDAL NOUAIHED, LEONARDO DE ARMAS, GEORGIA REYES, FRANCO MONTORO, EDUARDO KANO, MARIELA GUZMÁN y otros grandes diseñadores que poseen importante trayectoria, con un excelente producto nacional, no tienen nada que envidiar al “HAUTE COUTURE” parisino sin embargo, no deberían promocionar sus marcas con esta denominación de origen, pues aunque duela admitirlo, no les corresponde.
Otros grandes representantes venezolanos son ponderados por la prensa como diseñadores de ALTA COSTURA.
RICHARD FEBLES, conocido como el heredero de
MELIET, en mi opinión, uno de los mejores representantes de la moda nacional, aferrado al tradicional arte de la alta costura parisina, elabora cada una de sus exquisitas creaciones con los exigentes métodos de confección artesanal y con los mejores materiales de los que pueda disponer.
VALENTINA CEDEÑO, con una laboriosa y excelente confección, es ponderada entre las mejores diseñadoras nacionales. Apasionada de la alta costura, pone en cada puntada el sacrificio de cientos de horas de trabajo.
LUIS BRACCAL, diseñador especialista de las técnicas de restauración y prolijo en sus métodos de confección, es promocionado de igual forma por los medios nacionales.
Muchos diseñadores representantes del talento nacional, dedican su pasión al rubro de la confección personalizada, en trajes de gala y novias, sin embargo ninguno de estos grandes maestros de la moda criolla pueden aplicar el término “ALTA COSTURA” ni en español, ni en francés, ni en inglés. Aunque nos cueste admitirlo “ALTA COSTURA” EN VENEZUELA solo es un MITO EGOCÉNTRICO de nuestro talento nacional. La cultura popular a través de la historia ha logrado degenerar el término “ALTA COSTURA”, y son muchos los diseñadores que ante la realidad legal y ética, que requiere esta denominación de origen, se escudan o excusan en la excelente calidad de su producto. No estoy a la razón de cuestionarlos y menos aún, de criticar la calidad de su trabajo, pues me siento orgulloso del talento nacional y tengo gran admiración por su trayectoria, así como por el ímpetu que demuestran al luchar contra la corriente, en un país que lamentablemente no tiene políticas de apoyo para la industria y el comercio.
En el país, el lujoso rubro de la moda personalizada, lamentablemente ha decaído, pues actualmente los costos de piezas para eventos especiales como galas y ceremonias religiosas son elevados. Las venezolanas en décadas pasadas recurrían a los diseñadores de esta especialidad para que elaboraran sus majestuosas creaciones a la medida. Cualquier invitación a una boda o guateque era una excusa perfecta para que una dama luciera un traje de diseñador, ahora recurren a tiendas de alquiler o compran vestidos genéricos que engalanan con accesorios, obligadas a tener mayor creatividad en estos tiempos de crisis. Muchos de nuestros diseñadores han emigrado, tratando de escapar de la crisis económica o tratando de extender su mercado y lograr colocar su producto en moneda extranjera, intentando dar continuidad a sus marcas. La verdad es que como amante de la moda, aun sueño con las maravillosas creaciones de Alta Costura, creo que sería buena idea crear en Venezuela una
CÁMARA SINDICAL DE ALTA MODA CRIOLLA y así poder tener una denominación de origen que nos identifique con verdadera identidad nacional.
Pero además de
ALTA MODA CRIOLLA, nuestro país necesita de diseñadores y de una industria de la confección que se dediquen a fabricar ropa para el día a día, ropa para el trabajo, para la playa o para cualquier ocasión, pero con un sello de distinción nacional. Venezuela tiene un patrimonio cultural que ha sido menospreciado por años, nuestros talentos buscan su identidad emulando a las tendencias globales y eso no está nada mal, pero hay que lograr un sello de distinción de
MODA CRIOLLA.
La idea no es copiar para peor, la idea es recrearse y reinterpretar, pero siempre con la intención de mejorar el diseño y la calidad del producto moda en líneas de producción masiva (Ready-to-wear o Prêt-à-porter). Los creativos, confeccionistas y los consumidores deben exigirse y exigir un producto moda nacional, con distinción y calidad. De nada vale un diseño de autor que no sobrevive a la primera postura, necesitamos gente que diferencie la distinción de lo burdo, el país necesita de diseñadores que se ocupen de mejorar su trabajo y no que se preocupen del trabajo ajeno. El buen diseño debe ser superado por la buena confección y la calidad del producto. Y terminando este largo post me despido diciendo:
SEÑORES EN ESTE PAÍS NO QUEREMOS TRAPOS, LO QUE REALMENTE QUEREMOS ES MODA CON CALIDAD, HECHA EN VENEZUELA, POR VENEZOLANOS Y PARA EL MUNDO ENTERO.
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